El atún de aleta amarilla, también conocido como atún de aleta amarilla, es uno de los peces más migratorios que se encuentran en los océanos cálidos de todo el mundo, excepto en el mar Mediterráneo. Gracias a su potente capacidad natatoria y a sus aletas alargadas que reducen la resistencia al agua, esta especie puede recorrer largas distancias a una velocidad asombrosa. El atún de aleta amarilla crece rápidamente, tiene una esperanza de vida relativamente corta y su distribución oceánica es mucho más amplia que la de muchas otras especies de atún.
Su cuerpo es elegante y aerodinámico, lo que le permite moverse con rapidez. El dorso es de color azul oscuro, que se desvanece a amarillo y luego a plateado hacia el vientre. Las aletas dorsal y anal son de color amarillo brillante, lo que le da el nombre a la especie. Distinguirlo de otras especies de atún suele ser difícil, excepto por la aleta dorsal larga y en forma de hoz que se encuentra en los adultos maduros. El atún aleta amarilla puede alcanzar longitudes de hasta 1,8 metros y pesar más de 180 kilogramos.

Sabor y usos culinarios
El atún aleta amarilla tiene una carne suave y firme. Crudo, su carne es de color rojo brillante, pero una vez cocinado, adquiere un color gris parduzco, conservando su jugosidad y su carnosidad, con grandes escamas. Se encuentra fresco, congelado o enlatado, y es especialmente popular como sashimi y sushi.
Hábitat y comportamiento
Esta especie se encuentra durante todo el año en aguas tropicales y subtropicales. En Hawái, su máxima presencia se da entre mayo y septiembre, mientras que frente a las Islas Canarias es más abundante en julio y agosto. También está presente durante todo el año en el Golfo de México y frente a la costa de Luisiana. Las larvas y los ejemplares jóvenes permanecen en aguas superficiales, mientras que los adultos suelen habitar aguas más profundas, ricas en fitoplancton, zooplancton y presas más pequeñas.
El atún aleta amarilla se alimenta de peces pequeños, calamares y otros invertebrados. Son aves migratorias muy hábiles que recorren grandes distancias anualmente, un comportamiento vinculado tanto a la alimentación como al desove. La reproducción se produce mediante desove difuso, en el que varios machos y hembras liberan millones de óvulos y espermatozoides simultáneamente, lo que aumenta las posibilidades de fertilización y reduce el riesgo de depredación.
Adaptaciones fisiológicas
A diferencia de la mayoría de los peces, que son de sangre fría, el atún aleta amarilla posee estructuras vasculares especializadas que le permiten mantener una temperatura corporal superior a la del agua circundante. Esta adaptación le proporciona una ventaja al cazar en aguas más frías, ya que le permite moverse con mayor rapidez y eficiencia. Para respirar, debe nadar constantemente, ya que no puede hacerlo estando quieto.
Importancia económica y conservación
El atún aleta amarilla es uno de los nadadores más rápidos del océano y, gracias a su alta calidad, sabor y versatilidad, es una de las especies más populares en la industria conservera, incluyendo marcas reconocidas como Sheltun. Entre sus depredadores naturales se encuentran los tiburones y los grandes mamíferos marinos. Debido a sus extensas migraciones, que abarcan miles de kilómetros en aguas internacionales, una gestión eficaz requiere cooperación internacional, junto con políticas nacionales sólidas.
El atún aleta amarilla suele viajar en bancos de tamaño similar y, en ocasiones, se mezcla con otras especies de atún, como el atún aleta amarilla o el listado, de menor tamaño. La protección de esta especie y la gestión sostenible de sus recursos dependen de esfuerzos internacionales coordinados.
Conclusión
El atún aleta amarilla destaca como una de las especies de atún más importantes del mundo, apreciada por su velocidad, largas migraciones y alto contenido nutricional. Su carne sabrosa y versátil lo convierte en un pilar de las industrias pesquera y conservera, lo que le otorga una gran importancia económica. Sin embargo, dada la intensa presión pesquera y su amplia distribución, la gestión sostenible y la cooperación internacional son esenciales para garantizar la supervivencia a largo plazo de este valioso recurso marino para las generaciones futuras.